NOCHEVIEJA

Último día del año. El 2013 se nos va. Hoy es día de reflexión, de buenos propósitos, de nuevas esperanzas, de fiesta.

Esta noche toca reunirnos; con la familia, con nuestro grupo de amigos, con nuestra pareja. Y vamos a despedir por todo lo alto el fin de un año que para bien o para mal casi ha caducado, y daremos la bienvenida al nuevo que se presenta en blanco y a estrenar. Hola 2014.

Viva la bolsa de cotillón, el cava, los brillos, la noche, la alegría renovada. La chispa en los ojos. Las uvas aquí. Las lentejas allá. Viva la abuela cantando, los cuerpos bailando, los pitos sonando. Viva la reunión, la fiesta, la noche animada.

Esta es la única noche del año en la que tomaré mis uvas. Doce y no más. Siempre incluyo como nuevo propósito tomar uvas durante el resto del año: están ricas. Y jamás lo he cumplido. Luego habrá besos, abrazos y llamadas. Más recuerdos hacia los que ya no están. O hacia los que están pero no tenemos al lado. Se escapa una lágrima furtiva que será secada antes de que nadie se dé cuenta. Siempre me emociono. Porque empezamos de cero, si uno quiere. Y yo quiero cada año.

Me encanta estrenar. Estrenar abrigo, bolso o zapatos. Peinado, esmalte de uñas. Mes y año. Y esta noche, a las doce, estrenaré calendario.

No voy a hacer resumen del 2013. Lo pasado, ahí está. Me quedo con lo bueno, lo buenísimo, con Miss Uve que ha nacido este año. Hoy quiero lanzarme con los ojos cerrados al 2014, y alcanzar todo lo pactado.

Brindaré, bailaré, besaré y cantaré. Llamaré, reiré, abrazaré.

Levanto mi copa por Miss Uve, porque siga mereciendo éxito y esfuerzo. Brindemos todos por que se cumplan cada uno de vuestros sueños y deseos. Por vuestra felicidad y la mía. Por la de Alejandro. Por la de Victoria.

¡ADELANTE 2014!

¡CHIN-CHIN!

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ESTA NOCHE ES NOCHEBUENA…

Hoy es 24 de Diciembre. Nochebuena. 

Cuando era pequeña solía pasar esa tarde en casa de mi tía, jugando con mi prima mientras en la cocina se preparaba la cena. Dábamos mal. Mucho mal. Nos daban mandarinas para apaciguar a las bestias. Podíamos comer la malla entera… Deliciosas.

Comienzan a sentirse los aromas que llegan de la cocina. Huele tan bien… Seguimos dando mal y no quedan mandarinas. Cada vez huele mejor. El abuelo sentado en su sillón nos mira. Se ríe. No sabemos por qué.

Llega el resto de la familia.

«Callaros que empieza el mensaje del Rey!!!» Dos mesas. Yo en la de los pequeños. Siempre en la de los pequeños. Hasta cuando ya no era pequeña. Charlas, murmullos, risas y comentarios acerca de lo rica que está la cena.

Mi tía complacida. Los cuerpos llenos. Los niños cansados. La sonrisa puesta. Se acabó la cena…

Recuerdos de cuando era niña de Navidades perfectas. 

Esta tarde iré a ver a mi tía y me comeré dos o tres mandarinas. El abuelo ya no está, pero tenemos pequeños nuevos miembros en la familia. También dan mal. Mucho mal. Se hubiera reído al verlos. A carcajadas. Y hoy sabría por qué.

Escucharemos el mensaje del Rey. Nos sentaremos a la mesa. Y volverán las risas, murmullos y comentarios a sonar. Para mí, Nochebuena es una noche muy feliz y quiero compartir con vosotros es alegría que siento cada año en este día tan especial y familiar.

Os deseo que disfrutéis de una entrañable y familiar Nochebuena y que tengáis mañana una muy Feliz Navidad, junto a los vuestros, junto a los no vuestros, junto a los queridos y a los no tan queridos. Es una noche especial. Disfrutadla y vividla con alegría y emoción. Por los que están. Por los que ya no están. Por los niños y por los no tan niños. Por vosotros mismos.

¡FELIZ NAVIDAD!

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